Con el aumento de las temperaturas mundiales, los hábitats de los mosquitos se amplían y las enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, el virus del Zika y la malaria, se extienden a nuevos territorios. Como resultado, enfermedades antes controladas tienen ahora el potencial de resurgir y causar estragos. Las regiones que antes estaban a salvo de estas enfermedades pueden encontrarse de repente desprevenidas ante los brotes, lo que plantea importantes retos para la salud pública.

  • Propagación de enfermedades transmitidas por vectores
  • Enfermedades relacionadas con el calor
  • Degradación de la calidad del aire
  • Enfermedades transmitidas por el agua

Además de enfermedades transmitidas por vectoresEl aumento de las olas de calor representa una amenaza directa para la salud humana. El calor excesivo no es sólo un inconveniente, sino que puede provocar agotamiento, insolación e incluso la muerte, sobre todo entre las poblaciones vulnerables. Las zonas urbanas, con sus estructuras de hormigón que absorben el calor, a menudo se convierten en islas de calor donde las temperaturas suben aún más.

Amenaza para la saludImpacto
Enfermedades transmitidas por vectoresHábitats ampliados, casos aumentados
Olas de calorEnfermedades relacionadas con el calor, islas de calor urbanas
Calidad del aireProblemas respiratorios, afecciones cardíacas

Además, la calidad del aire se resiente a medida que las temperaturas más cálidas exacerban los niveles de contaminación, lo que provoca un aumento de las afecciones respiratorias y cardiacas. La prevalencia de alérgenos como el polen también puede aumentar, alargando las temporadas de alergias y afectando a millones de personas. Las enfermedades transmitidas por el agua, alimentadas por unos patrones de precipitaciones más cálidos y variables, representan una preocupación cada vez mayor, por lo que el agua potable segura y accesible es una prioridad creciente en las estrategias de salud pública.