En 2015, después de experimentar con varias dietas como Paleo y Weight Watchers, llegué a un punto de inflexión. Inspirada por la película Tenedores en lugar de cuchillosque me recomendaron mis padres, me embarqué en un viaje hacia una dieta basada en plantas. Lo que vi en esa película fue transformador; fue el momento en que se me encendió la luz. Este nuevo estilo de vida no consistía sólo en comer de otra manera, sino en adoptar una nueva forma de vida. Me sumergí en la literatura de los pioneros del movimiento basado en plantas, consumiendo investigaciones y testimonios que solidificaron mi compromiso.

Con dos niños en el instituto y mi marido a mi lado, decidí revisar nuestros hábitos alimenticios. Purgué la despensa, el frigorífico y el congelador y lo sustituí todo por opciones vegetales. Este cambio no estuvo exento de ‍desafíos, pero el cambio unió más a nuestra familia e inculcó hábitos más saludables. He aquí una instantánea de cómo era nuestra despensa antes y después de la purga:

AntesDespués
Aperitivos procesadosFrutas y verduras frescas
Cereales azucaradosGranos integrales
Cenas congeladasPlatos caseros a base de plantas

La transición no fue fácil al principio; requirió dedicación y creatividad en la cocina. Sin embargo, los beneficios no tardaron en hacerse patentes: nos sentíamos con más energía, más sanos y más unidos como familia. El cambio a una dieta basada en plantas no era sólo cuestión de comida, sino de cultivar un estilo de vida sostenible y satisfactorio.